(Con cortinas)
(Sin cortinas)
(Sin cortinas)
Llevamos cinco años en esta casa y siempre me rehusé a la idea de colocar cortinas. Es que me encantaba lo espacioso e iluminado que todo se veía sin ellas... Además acá en Chile es muy complicado encontrar telas de mi agrado. Sobre todo porque yo quería que fuesen 100% de algodón o naturales. Es por eso que todas las telas que venden para hacer cortinas (salvo las de lino que son muy caras) no me convencían. Todas se veían tan sintéticas que hasta brillaban.
En otoño mi marido dijo que no quería pasar otro invierno con la ventanas descubiertas y por eso fuimos a la calle Independencia en Recoleta donde hay muchas cuadras con tiendas de telas.
El caso es que después de mirar en algunas y quedar horrorizada con los colores y materiales decidimos buscar la clásica lona cruda. Sí de esa que huele a algodón y no a plástico. De esa que no invade con su color. Y compramos muchos metros.
Hace ya algunas semanas F. comenzó a coser las orillas de las cortinas y yo el martes terminé de colocar las tiras de dos pares. Así que ya tenemos dos ventanas abrigadas.
Me gustó mucho el resultado, pues aparte de ser de material y color natural, la hechura fue un trabajo en equipo entre mi marido y yo.
Que bonitas las cortianas, pero aún más la vista que tienen, gracias por visitar el blog.
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